
Grito Exclamación: Protagonistas de una Nueva Era del Punk Mexicano
Surgidos del vibrante underground de la Ciudad de México, Grito Exclamación ha irrumpido con fuerza en la escena contemporánea del rock, entregando energía cruda y un ethos punk sin concesiones. Desde su formación oficial en 2021 por Nana Pank, Rafa Romay, Eduardo Gante, Sebastián Palacios y Paulina Villagrán, el quinteto se ha convertido en un símbolo de rebeldía juvenil y catarsis artística.
Su álbum debut homónimo, lanzado a mediados de 2024, marcó un antes y un después. A través de diez pistas incendiarias—como Intro, No Pierdas Tu Tiempo y La Última Inocencia—la banda canaliza angustia existencial y una fuerte carga ideológica. El resultado es un punk guitarrero mezclado con poesía hablada y ráfagas de metales, que lleva al límite lo que significa experimentar sin perder autenticidad. Su sonido ha sido comparado con Gang of Four, Water From Your Eyes y Dry Cleaning, pero mantiene un sello propio inconfundible.
En los últimos meses, sus presentaciones en vivo se han vuelto legendarias. Su show en 316 Centro en la CDMX fue descrito como “encerrados en el baño”: un evento feroz donde guitarras, trompeta y movimientos corporales primitivos se fundieron en un ritual sonoro explosivo. A la par, la escucha de su debut organizada por el colectivo Bandemia fue narrada como una verdadera revuelta musical, donde guitarras explotaban y la audiencia se entregaba a un baile colectivo de desafío.
Recientemente, medios como Remezcla han calificado a Grito Exclamación como “el grito rebelde emergente de la Ciudad de México”, destacando su relevancia en la reformulación de la cultura punk en América Latina. Su estética visual y su embestida sonora conectan profundamente con una generación que enfrenta el malestar capitalista y busca nuevas formas de expresarse.
Lo que hace tan atractivo a Grito Exclamación es cómo transitan entre la disonancia y la claridad, entre el caos y la estructura. Su música funciona como un manifiesto sonoro que grita: existimos, nos rebelamos, reflexionamos. Mientras preparan nuevas presentaciones y posibles lanzamientos, la banda sigue consolidándose como termómetro de la desilusión juvenil y, al mismo tiempo, como símbolo de esperanza cruda.
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